miércoles, 13 de diciembre de 2023

AMOR SIN TIEMPO

 AMOR SIN TIEMPO

Caminaba una tarde de luz salmón por la ciudad de mis recuerdos, ese lugar donde nunca he estado sino en el narcótico elemento del desvarío nocturno.

Los árboles del parque y algunos almendros cuyas raíces agrietaban las aceras de las casas habitadas por fantasmas, habían perdido sus hojas y con las ramas desnudas parecían arañar un cielo de noviembre.

¿Hacia dónde iba? no podría precisarlo, solo deambulaba con los dedos entumecidos por frío con dirección a la vieja iglesia que ahora había sido convertida en hospital.

Entonces la vi, con sus años de juventud acariciado los últimos rayos de aquel día. Caminaba hacia mí y sonreía mientras el viento desnudaba su cuello del cabello que nunca sujetaba.

El corazón me dio un vuelco y las mariposas que eones antes dormitaban en la oscuridad de las cavidades impenetrables de la desilusión y la amargura se liberaron en una explosión de emociones indescriptibles.

¿Cómo era posible aquello?

Debía estar equivocado, no podía ser ella… ¡habían pasado tantos años!

Mi pelo entrecano me gritaba que debía ser una broma de la mente que cada vez se va quedando con menos luz…

Ella se detuvo frente a mí, me abrazó y beso como si apenas ayer me hubiera visto, sin detenerse a preguntar por qué había envejecido.

La apreté con fuerza contra mi pecho y aspiré extasiado el perfume de su mocedad.

Y nos amamos hasta que la luna estuvo alta en el cielo. Ella se rindió ante la experiencia y yo rejuvenecí en su cuerpo desnudo una y otra vez hasta quedar aletargado en la hibernación consiente del placer.

— ¿me has extrañado? —pregunté.

— ¿has ido a algún lado?

Con la luz del nuevo día ella se difumino en mis brazos… desapareció con la frescura de la mañana dejando en el aire su perfume y en mi piel las marcas del pasado.

Praga puente de Carlos al atardecer


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